(Imagen extraída de: http://www.fotolog.com/isilelenanarion/17973385/)
Tras leer esta entrada de Pilar Martínez en Mujeres y Madres Magazine, puedo deciros que no sólo estoy totalmente de acuerdo, sino que en realidad los príncipes eran mucho más chungos de lo que nos cuenta Disney... Y para muestra, un botón, la verdadera historia de La Bella Durmiente:
Sol, Luna y Talía
Sucede que aquella princesilla que nació un día y a cuyo bautizo no invitaron al hada chunga se llamaba Talía, que no Aurora, por lo demás todo comienza más o menos igual: el hada se enfada y la maldice, sus padres no la mandan a vivir con otras hadas buenas sino que hacen quemar todas las ruecas del reino y se quedan con su niña, pero para su decimosexto cumpleaños Maléfica (que aún no llevaba ese nombre) hace aparecer mágicamente una con la que se pincha, fail de los padres no pensar en la magia.
Total, que como tumba le dejan un castillo entero porque no creen que se vaya a despertar y se mudan a huir de los tristes recuerdos... y hete aquí que un día pasa por allí un príncipe necrófilo y la viola.
Pasados nueve meses, Talía que no está realmente muerta sino hechizada, da a luz a unos mellizos: Sol y Luna, y es cuando su hijo recién nacido repta hasta su pecho y mama de él que recibe su primer beso de amor verdadero y despierta. Y se queda a vivir ella sola con sus mellizos en su castillo, desconozco por qué no contacta a sus padres ni a nadie (?)
Pero no acaba aquí la cosa, el necrófilo un día se acuerda de ese cadaver tan mono que violó y decide repetir la hazaña, por lo que se presenta allí y se la encuentra vivita, coleando y con dos churrumbeles, le cuenta que son suyos y Talía, que es boba (ya lo hemos visto cuando se despierta y ahí se queda sin ton ni son) se enamora de él. Pero como el príncipe es un dechado de virtudes no sólo viola cadáveres sino que también es infiel, pues está casado con una ogra antropófaga, así que inician una relación de amantes.
Un buen día la ogra se entera de los cuernos que lleva y como venganza manda apresar a Sol y a Luna, le dice a su cocinero que los prepare en un guiso y se lo sirve al marido. Al acabar de comer le dice "que sepas que te acabas de comer, aquí mano a mano conmigo, a tus bastardos", a lo que el cocinero salta diciendo que no, que cocinó dos cerdos y escondió a los niños en la despensa. El príncipe mata a la ogra, se casa con Talía y aparentemente son felices para siempre con sus mellizos. No hay datos de si abandona la infidelidad necrófila o la sigue poniendo en práctica periodicamente, que ya se sabe que la cabra tira al monte...
Es alucinante...
ResponderEliminarTe cuento que mi marido me dijo lo mismo cuando le enseñé el post. Los príncipes clásicos son muuucho más chungos todavía que los de Disney
Como lo hablamos por facebook no había visto que me habías contestado por aquí ;-)
EliminarToda la razón, los de Disney son machistas medio locos, los clásicos
están directamente de encerrar :-P